Al principio fue la carne y tan sólo la carne. Vagando como tantos cuerpos creyendo poseer un alma. Tres que eran tres. Entonces encarnó aquello, el espíritu, el ángel Enochiano. Y el espíritu es un ángel y sin embargo, bien y mal le son indiferentes. Porque la dicotomía es una necesidad de la carne. Y el espíritu puede animar la carne, pero sus necesidades son un misterio. Y tres que eran fueron uno.
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